Desde hace más de un siglo, la frescura, ligereza y aromas afrutados del Prosecco se expresan en su más alto nivel en las burbujas de Mionetto, siempre ofreciendo a los apasionados del vino un finísimo Prosecco que combina tradición, calidad, sabor y estilo mezclándolos en una única y fascinante emoción.

En 1887, el amor y la pasión por la tierra del maestro enólogo Francesco Mionetto le empujaron a abrir esta bodega en medio de las suaves colinas de Valdobbiadene, en el corazón de la región del Prosecco. En estos cien años de historia, Mionetto se ha convertido en un buque insignia de la región y es un brillante ejemplo de la producción del Prosecco en la escena internacional. La pasión, la tradición, y la búsqueda de la excelencia son los valores fundamentales de esta bodega y marcas únicas con su inconfundible estilo.

La adquisición total de la bodega en el 2008 por parte de Henkell International GmbH, un grupo alemán basado en Wiesbaden y uno de los mayores productores europeos de vino espumoso, ha proporcionado mayores oportunidades tanto en el mercado italiano como en mercados internacionales, manteniendo al mismo tiempo una continuidad en el estilo de dirección y los lazos culturales con el territorio al que pertenece la bodega desde su origen. Desde sus inicios, Mionetto siempre ha sido una compañía moderna e innovadora, capaz de anticipar modas y tendencias manteniendo al mismo tiempo una fuerte conexión con las tradiciones del territorio, una característica que todavía hoy aún le distingue de otros productores de vinos espumosos.

Pasión, tradición, búsqueda y excelencia son los valores fundamentales de esta bodega y de esta marca, cada una con su estilo único e inconfundible.

En 1982, la familia Mionetto introdujo la fermentación en autoclave pasando a elaborar bajo el método Charmat, el cual permite una mejor preservación de los aromas y sabores del Prosecco. Después de una fase inicial a baja presión y temperatura de fermentación controlada que tiene lugar en las instalaciones de productores seleccionados; la segunda fermentación, siguiendo el método Charmat, tiene lugar en autoclaves en lugar de usar botellas individuales. Este control de temperatura adicional es muy recomendado en la elaboración del Prosecco pues ayuda a mantener la frescura y los aromas típicos de la uva durante el proceso de embotellado. Por lo tanto, trabajar como enólogo en Mionetto no solo implica la elaboración de vino de alta calidad, sino que también supone mantener una fructífera y positiva relación con los productores locales que han suministrado históricamente uvas a Mionetto durante muchos años. Gracias a estas históricas relaciones, Mionetto ha sido capaz de garantizar la excelencia, así como la calidad de las uvas compradas y utilizadas en los procesos internos de vinificación.